¿Sabías que...? Durante mucho tiempo se creyó que la lactancia materna era estándar, sin embargo, un nuevo estudio con animales demuestra que se personaliza de maneras sorprendentes según el sexo del bebé. Si existen "recetas" biológicas específicas para la leche materna de los machos y las hembras, es probable que lo mismo suceda para los bebés humanos. La lactancia materna es imprescindible para la salud y el desarrollo de los infantes. La OMS recomienda amamantar al bebé por lo menos durante los primeros 6 meses de vida, ya que lo protege de enfermedades como la diarrea, neumonía, y asma. No obstante, se conoce realmente poco acerca del contenido de la leche materna y cómo varía según el bebé. La bióloga Katie Hinde, de la Universidad de Harvard, junto con investigadores de la Universidad Estatal de Kansas, estudiaron la leche que producían las hembras de la especie mono Rhesus (Macaca mulatta) y las vacas para sus crías. Encontraron que, en el caso de los monos, la leche era más rica en grasa cuando se amamantaba un infante del sexo masculino, especialmente si se trataba del primer hijo de la madre. Cuando se amamantaba una hembra, las madres producían una mayor cantidad de leche, la cual contenía más calcio que la de los machos, posiblemente debido a que el esqueleto femenino madura más rápido y requiere del mineral en una etapa temprana para el fortalecimiento óseo. Para saber si estas diferencias tenían un origen prenatal, los científicos examinaron los registros de lactancia de casi 1.5 millones de vacas Holstein, ya que a diferencia de los monos, son separadas de sus becerros rápidamente. Comprobaron que producían 1.6% más leche cuando parían hembras, y casi 400kg más si se trataba de su segunda hija. El equipo concluye que la lactancia es específica de la madre y el bebé. Es improtante determinar si en las mujeres ocurre un fenómeno similar, ya que ayudaría a elegir la leche correcta para los bebés prematuros hospitalizados y se podría crear fórmula infantil de acuerdo al género.